El público otra vez eligió lo simple

Hay muchos factores que hacen al éxito o fracaso de un programa de televisión. Y algunos de ellos no se pueden medir. Puede tenerse el mejor libreto, actor, director, producción… y al momento de ponerse al aire no funciona. El público no hizo conexión con el programa, o como se diría de otra manera: “No hubo química”. Y es que quizás el error no está en los propios productos, sino muchas veces en el horario, o quizás el momento en el cual se estrena, la audiencia está esperando algo diferente. Y el gusto del público se puede seguir, pero muy pocas veces se puede predecir. Es por ello que muchas veces apuntar a lo clásico es la apuesta más segura cuando la situación es de incertidumbre.

En el mes de febrero Telefe y Canal 13 estrenaron sus dos apuestas de ficción adulta para la noche: Dulce amor y Lobo. Ninguna de las dos terminó saliendo como querían sus productores, la diferencia es que ambos consiguieron resultados my diferentes. 



Dulce amor fue concebido como un “culebrón” para la tarde. Una novela de la misma talla de Amor en Custodia, Se dice amor, y otras producciones clásicas de Enrique Estevanez. Telefe calculó tener un Gran Hermano 2012 exitoso en horario central hasta fines de marzo, y lanzar esta ficción para ir conquistando la tarde, contenido que en este momento no hay en esa franja horaria en la tv nacional. Frente a la poca repercusión del reality estrella del canal, la dirección artística de la emisora se arriesgó a colocar un culebrón como Dulce Amor a las 22 hs con todos los riesgos que eso implica. Y aunque la expectativa del público en un principio no fue buena, la novela creció y hoy lidera su horario. Canal 13 hace 2 años experimentó algo similar. Malparida se preparaba como una telenovela clásica para la tarde, y cuando Alguien que me quiera no supo batallar el horario central del canal del solcito, pasaron ésta última a un horario vespertino y la ficción protagonizada por Juana Viale se quedó con el central, liderando ampliamente la franja durante todo el año.

Lobo fue ideada por Pol-ka como una gran apuesta. Una ficción con elementos fantásticos y oscuros, siguiendo la tendencia mundial de las películas y series sobre vampiros con hombres lobo. Luego del éxito de Herederos de una venganza, en la cual se mezclaban elementos de la telenovela con otros de ciencia ficción, Canal 13 buscó doblar la apuesta con una ficción un poco más arriesgada. El elenco no era menor: Gonzalo Heredia como protagonista, luego de descansar un año su imagen después del éxito de Malparida. Y Celeste Cid, personaje controversial y exitoso que venía de la buena aceptación de Para vestir santos. Sin embargo, problemas de salud de la protagonista en los últimos meses del año complicaron a la producción y debieron salir en busca de una nueva figura que la reemplace. El resultado fue que Lobo se terminó lanzando al aire más tarde de lo previsto, y con resultados negativos frente a la competencia. 



De un lado está Dulce amor promediando entre 18 y 20 puntos, del otro está Lobo con 11 a 13 puntos. La primera es un culebrón simple con triángulos amorosos, con personajes que son buenos y otros muy malos. La otra es una novela fantástica, de muy superior realización, pero con elementos algo más complicados que su competencia. Es sabido que el público de las telenovelas no es el mismo que el de las series. Las “vueltas de tuerca” complicadas nunca funcionaron en este género. El Deseo, El Capo, Una familia especial, etc; son casos que demostraron ello. Los que miran culebrones permiten nuevas fórmulas dentro de cada ficción siempre que la trama no sea complicada. Frente a Dulce amor y Lobo la elección es clara. Otra vez, la audiencia eligió lo más simple.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

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