El costumbrismo vuelve a la pantalla chica

Una vez más, Canal 13 apuesta al costumbrismo y a las tradiciones argentinas. ‘Sos mi hombre’ es el nuevo desafío que Suar pone en juego para enfrentar la lucha por el liderazgo en el prime time.


La nueva novela de la pantalla de Pol-ka cuenta la historia de Ringo (Luciano Castro) y Camila (Celeste Cid). Castro representa un bombero voluntario, ex boxeador, vive con su hijo en un gimnasio y pelea por la tenencia de él mientras se prepara para enfrentarse con su eterno rival, el Turco Nasif (Joaquín Furriel). Cid interpreta una médica de clase alta, incomprendida por quienes la rodean, ayudante voluntaria en un comedor comunitario que intenta ayudar a los desprotegidos. La dicotomía entre hombre humilde y mujer rica es uno de los factores claves, los personajes afirman la existencia de una profundidad más intensa que el clásico cuento de amor entre ricos y pobres. De esta ficción también participan Gabriel Goity, quien encarna un entrenador de boxeo, Gonzalo Valenzuela interpretando al incondicional amigo de Castro, también bombero voluntario, Ludovico Di Santo, como el flamante y millonario esposo de Celeste Cid, Eugenia Tobal, representa a la ex mujer de Castro, y otros papeles secundarios representados por Jimena Barón, Gimena Accardi, Lito Cruz, Felipe Colombo, Pablo Cedron, Luz Cipriota, y la actuación especial de María Rosa Fugazot.

En el primer capítulo el primer cruce fue heroico y casi literario, la imagen de Castro cargando a Cid en sus brazos con el incendio como marco de la escena determinó inmediatamente el tipo de novela a la que el público se estaba enfrentando. Los detalles costumbristas se presentaban en todas las escenas, el hombre de barrio, la mujer de clase alta confundida en su entorno, el boxeo y la jerga informal aparecen una vez más en la pantalla del 13. Se puede afirmar que este tipo de novelas sienta bien al canal, Campeones, El sodero de mi vida o Herederos de una venganza significaron grandes éxitos para la productora y, dados los fracasos de Lobo y Los únicos, Suar no podía permitirse un fracaso más. La baja de estos dos programa representó un golpe bajo en las noches de Canal 13 despertando la atención de los productores y buscando un sustituto para acompañar y anticipar la llegada de Tinelli a las 22.30h.

Sin embargo, la apuesta no fue la mejor. En su primera noche, Graduados, por la pantalla de Telefé, triunfó una vez más con 25 puntos de rating sobre 18.4 que presentó el debut de ‘Sos mi hombre’. La primera semana tampoco presentó un panorama positivo cuando alcanzó los 16.9 puntos de rating. La semana pasada el rating alcanzó los 18 puntos con el tan esperado cruce en el ring de box entre Castro y Furriel. Para las semanas próximas, el retorno del personaje de Laport a la televisión genera expectativa e intriga para toda la audiencia y espera lograr lo que Campeones logró en su momento.

El 2013 no fue un año record para Pol-ka, tampoco para Ideas del Sur. ’Sos mi hombre’ es una gran apuesta que necesita redoblar su incentivo si quiere liderar el prime time y vencer a Graduados.

Por Matías Paladino

Dulce misterio e inexplicable amor

Es indudable que la televisión argentina, al igual que la del resto del mundo, no es la misma que la de las últimas décadas. El tiempo pasa y con él se presentan los cambios, las evoluciones, las mutaciones, y hasta los retrocesos. Nunca nada queda igual. Nunca nada vuelve a ser lo de antes. Cualquiera diría que allí radica el éxito. En el cambio, en la sumatoria de elementos y en que la repetición por sí misma sería la clave del estancamiento y el fracaso.

Pero siempre hay excepciones. Excepciones de esas casi impensadas. Una de ellas tal vez sea Dulce Amor.



Esta novela estrenada el 23 de enero de 2012 esta escrita por Quique Estevanez, Marcelo Nacci y Laura Barneix. Dirigida por Mauro Scandolari y Hugo Alejandro Moser, irrumpió rápidamente, no sólo en las casas de los argentinos, sino también en los primeros puestos de las planillas de raiting. Con sorpresa para muchos, no solo compitió par a par con el ciclón de Showmatch, sino que en varias oportunidades superó los números de este imbatible de los últimos años.

La pregunta es: ¿Cómo una simple telenovela pensada para la tardes de Telefe pasó a ser uno de los programas más vistos del prime time (23 hs) argentino y apoyándose, además, en una de las formas más puras del género de la telenovela?

El argumento versa sobre la vida de las hermanas Bandi, dueñas de una fábrica de golosinas muy famosa. Ellas enfrentan uno de sus peores momentos. Victoria (Carina Zampini) está al frente de la empresa y es novia de Lorenzo (Segundo Cernadas), el hombre que no hace otra cosa que trabajar para que se caiga el imperio. Sin embargo, las vueltas de la vida hacen que Marcos (Sebastián Estevanez), un ex corredor de autos, se convierta en el chofer de esta mujer sin alegría. La llegada de este hombre a la familia cambiará el destino de las Bandi, en todos los niveles posibles, incluida Elena (María Valenzuela) madre de las hermanas.
Julián (Juan Darthés) es amigo del alma de Marcos, juntos dedican cada hora libre a preparar el auto de carreras que corre Marcos. Cuando el cierre imprevisto del taller en el que trabajan los deja en la calle, Julián sigue los pasos de Marcos y se convierte en chofer de la hermana de Victoria, Natacha (Calu Rivero) , una hermosa mujer quince años más joven, que lo volverá loco y generará varios problemas en su matrimonio con Gaby (Laura Novoa).
Los ingredientes son los convencionales del género y todos están presentes.
El melodrama es la característica principal de toda telenovela. Este es la exageración burda y tosca de los aspectos sentimentales y patéticos de los personajes, que a su vez están fuertemente divididos entre los moralmente buenos y los malos. Ya en los inicios de este formato esta división a sus vez generaba otra asociación, hoy ya establecida como obvia: los malos son los “ricos”, y los buenos los “pobres”. Estas simplificaciones de la realidad son prácticamente presencia obligada en toda novela que se precie de serlo, siempre y cuando estemos refiriéndonos al modelo clásico.

El secreto es otro de los grandes ingredientes. ¿Qué ocultan los personajes? ¿O mejor dicho que no ocultan? Ese secreto es el elemento generador de la acción. Conocerlo hace que los personajes actúen, que Victoria quiera conocer la verdad que ocultó durante años Elena, su madre. Y esa verdad tiene que ver con su padre, con su origen, con la búsqueda de la identidad. Esto último es el otro gran condimento de esta y de todas las telenovelas. Es esa búsqueda la que hará que conozca a Marcos y seguramente el acercarse a la verdad genera las confusiones propias que impedirán que ese gran amor no logre concretarse nunca…, por lo menos no hasta el último capítulo.

Estas no son novedades. La repetición temática y de recursos narrativos es lo que hace que gran parte del público minimice el género. Pero también es lo que logra capturar a los fieles y numerosos seguidores que lo consumen, en parte, por el placer de la repetición estética y temática propia de estos programas, que no hacen otra cosa que recuperar y actualizar las pasiones universales de los cuentos de las princesas ancestrales.

Si todo esto no es una novedad ¿Cuál es la novedad en este caso? Justamente esa: que la “no” novedad sea el éxito.

Desde mediados de la década del noventa la telenovela comenzó a sufrir cambios radicales, tanto en sus temáticas como en su estructura narrativa. La llegada de la neotelevisión trajo consigo la hibridación de todos los géneros televisivos e hizo lo propio con este. Ya no alcanzaba con el público femenino de la tarde. Había que ir por más. Conseguir y atrapar a otras audiencias y así poder recuperar más rápidamente y efectivamente los altos costos de producción que implicaba producir un ciclo de estas características. Los primeros ejemplos los brindó el clan del Boca con Celeste, Antonella, Celeste siempre Celeste, Perla negra y otros muchos éxitos, todos producidos por Raúl Lecuona en Sonotex. Al melodrama puro se le comenzó, tímidamente, a incorporar pasos de comedia. Siempre relacionados a personajes secundarios. Poco a poco fue creciendo hasta que la comedia se presenta ya incorporada a la estructura narrativa de esta nueva ficción hibridizada. La actualidad también se trasformó en eje temático de distintos ciclos. El Sida, la donación de órganos y hasta los desaparecidos se incluyeron dentro de los conflictos de las nuevas telenovelas.

La segunda, y muy importante, etapa de cambio e hibridación se plasmó con las producciones de Pol-K. Tal vez aquí el camino fue inverso, pero con la llegada a un mismo destino. A las comedias costumbristas de esta productora se les fue incorporando el melodrama y lo sentimental creando así un sello propio y un nuevo género, al que pocos podrían describir como telenovelas, pero que contienen grandes características de éstas. Gasoleros, Son Amores, Valientes y muchas otras son ejemplos de estos cruces que fueron la continuidad de esta contaminación genérica.

Los géneros cambian, y los públicos se adaptan a estos cambios. No solamente se adaptan, sino que comienzan a demandarlos. A las historias amorosas se les sumó el suspenso, el policial, la comedia en todas sus formas, y hasta el terror, aunque este último intento quedó trunco (Lobo, canal 13, 2012). Ya no sólo las amas de casa consumen la telenovela. Los adolescentes y los hombres son fieles seguidores de estos ciclos, muchos más de aquellos ubicados en el prime time de la grilla de programación.

Dulce Amor recuperó los valores propios de la casi olvidada telenovela clásica. Volvemos entonces a la pregunta inicial. ¿Cómo se transformó en un éxito? ¿Es su calidad artística y de realización el secreto? Seguramente no.

Su fidelidad por recuperar las características de las primeras telenovelas se presenta hasta en sus vicios. No son los rubros técnicos por los que se destaca. La escenografía es básica. No hay un planteo novedoso ni en lo estético/estilístico ni en lo dramático. Es decir, en la relación de los espacios con el drama, la acción, el conflicto. Está viciado de lugares comunes e inverosímiles. Un ejemplo de esto es la casa de Isabel (Georgina Barbarossa), la madre de Marcos. Se plantea como la típica vieja casa de barrio, con características propias de un conventillo sui generis. La pulcritud manifiesta el artificio, estética que podía perdonarse hace 20 años con las paredes realizadas con bastidores de madera, típicas de la televisión de los ochenta, pero que en pleno 2012 genera un distanciamiento con lo esperable.

La iluminación tampoco tiene un desarrollo ni estético, ni realista. Simplemente quita oscuridad a la imagen.

Los textos se tornan lentos y repetitivos. Es verdad que esta es una de las características de los guiones de este género. Se presentan de este modo para dilatar el avance de la acción y así sostener el conflicto principal y los derivados de éste, hasta el final del ciclo. La falta de conclusividad define, en parte, a estos programas, pero en este caso el recurso se agota en sí mismo y no encuentra formas artísticamente valiosas para disfrazar la repetición.

Por momentos parecería haber errores de casting. No se puede negar el talento de gran parte de los actores convocados para este ciclo. Pero algunos de ellos parecen no ser la mejor opción para encarnar algunos de sus personajes. O tal vez la falla, si es que la hubiere, está en la dirección. Entre las figuras destacadas de este elenco se pueden nombrar a María Valenzuela, Arturo Bonin, Jorge Sassi, Georgina Barbarossa, Laura Novoa y hasta la talentosa, pero dejada de lado, Graciela Pal. El personaje de Valenzuela, Elena, a priori parecería ser la clásica villana de las tiras. Pero este personaje se ve desdibujado ya que su roll no encuentra lugar dentro del drama. Es sólo la excusa del secreto que encierra la búsqueda de la identidad de Victoria. Sassi compone un tierno mayordomo fiel y devoto a la familia, pero sus amaneramientos rondan lo grotesco. Georgina Babarossa vuelve a mostrarse como la excelente comediante que es, pero su personaje no encuentra un lugar dentro del juego de los conflictos, además de presentarse como una ama de casa de barrio que de barrio sólo tiene el vestuario. Su imagen remite mas a una madre de clase media alta, personaje que encaro con excelencia artística en Ciega a citas, que a la cebadora de mates del barrio de la fábrica de golosinas.

Es normal y esperable en las telenovelas que los personajes secundarios y de reparto estén encarnados por grandes y talentosos artistas. No así los protagónicos que suelen dejarse en manos de las figuras del momento, muy convocantes, pero por lo general en crecimiento y desarrollo artístico, muchas veces aun no alcanzado.

Carina Zampini, a quien nadie puede negarle sus capacidades actorales, se sale del tipo aristocrático que pretende representar. Es de reconocer el desempeño de Darthes en su interpretación conservadora, pero efectiva y creíble de su personaje.

De esta manera excelentes actores no terminan de desarrollar la verosimilitud de sus personajes y la trama adopta ciertas caracterizas kirchs que no convencen desde lo artístico.

Hombres, mujeres, adolescentes y niños se exponen todas las noches a este nuevo fenómeno digno de análisis. Es un programa en el que confluye el fanatismo de los ciclos que se transforman en objeto de culto y la aceptación de las grandes masas que lo convierte en uno de los programas de más alto raiting del prime time argentino.

Como contara la vieja frase: para los fracasos sobran las explicaciones, los éxitos siempre son un misterio.

Por Alfredo Solari

El Psicoanalista: un nuevo viejo personaje


Hay estadísticas que demuestran que desde que comenzó la carrera de Psicología en los años 50 en nuestro país, egresaron cerca de 80.000 estudiantes. Argentina está posicionado como uno de los países con mayor cantidad de psicólogos, teniendo cerca de 150 por cada 100.000 habitantes. Pero, sin embargo, el promedio de desocupación dentro de la profesión es bajo y hay estadísticas que demuestran que Argentina incrementa año a año la cantidad de pacientes que asisten a sesiones de terapia.

Se dice que la televisión siempre refleja la realidad, o parte de ella. Otros dicen que es la realidad quien imita a la televisión y la agenda que plantea. Pero lo cierto es que las problemáticas sociales siempre se toman como temáticas recurrentes.

En el año 1996, en un momento en el que la situación económica y social de nuestro país comenzaba a complicarse en varios aspectos, apareció por la pantalla de Canal 13 un unitario que trataba problemáticas tabúes para la época. Verdad/Consecuencia fue el segundo producto de la factoría Pol-ka, luego del éxito que venían teniendo el año anterior con su producto estrella: Poliladron. Verdad/Consecuencia fue una serie dramática que trataba las problemáticas propias de un grupo de jóvenes de 30 años. Con una realización impecable y con el sello estético inconfundible de su productora, la ficción estaba dirigida por Daniel Barone y el propio Adrian Suar.

Tres años después, en 1999, el mismo canal redoblaba la apuesta con Vulnerables. Siguiendo la misma línea que el unitario anterior pero tratando problemáticas un poco más extremas, acá ya se trataba de personas con diversos traumas en sus avanzados 30 que participaban de sesiones de terapia de grupo. Vulnerables fue dirigida nuevamente por Barone y Suar, y contó con dos temporadas. Fue una ficción adulta, muy bien escrita y rebelde para su momento. Los famosos “travellings” giratorios alrededor de la ronda de terapia mientras sus participantes contaban sus problemas, fueron un recurso visual muy marcado en aquel momento. Su elenco contó con figuras como Damián de Santo, Alfredo Casero (en su primer personaje dramático), Jorge Marrale, Alfredo Alcón, Inés Estévez y Soledad Villamil. Las repeticiones de esta serie pueden verse con frecuencia en la señal de cable Volver.

Cinco años más tarde, Pol – ka a través de la pantalla de Canal 13 estrenaba Locas de amor, un unitario donde Diego Peretti era un psiquiatra y sus pacientes tres chicas conflictuadas protagonizadas por Leticia Brédice, Julieta Diaz y Soledad Villamil. Y nuevamente dirigía Barone.

En 2008 y por la señal Premium HBO, aparecía In Treatment. Una ficción donde el eje principal es un psicoanalista, interpretado por Gabriel Byrne, y luego actores rotativos interpretando a pacientes. Cada capítulo se trataba de una sesión entera en tiempo real entre paciente - psicólogo, utilizando como única locación el consultorio. Esta serie generó tanto éxito como polémica, hasta que en 2010 la cadena decidió “apagarla” debido a las denuncias de algunas personas argumentando que quien era el asesor de guionistas (un psicólogo real) había utilizado casos reales de sesiones para trabajar los libretos.

En 2009 Canal 13 emitía Tratame bien, la historia de una pareja que luego de casi dos décadas de matrimonio deciden hacer terapia de pareja para poder reencontrarse y solucionar sus diferencias. Fue interpretada por Julio Chávez y Cecilia Roth, y las sesiones eran una parte importante en todos los episodios. En este caso, la psicóloga estuvo interpretada por una mujer, la actriz Cristina Banegas.

Y en este 2012, por la pantalla de la TV pública vimos el formato de la ficción de HBO, adaptada localmente por la productora Dori Media. En terapia, tal como se llamó a esta ficción local, tuvo el tratamiento visual y estético de su original en HBO. El psicoanalista fue interpretado por Diego Peretti (En Locas de amor fue un psiquiatra), y luego un elenco rotativo integrado por Norma Aleandro, Leonardo Sbaraglia, Dolores Fonzi y Germán Palacios.

A tan sólo unos meses de la finalización de En terapia, Canal 13 estrena Tiempos compulsivos. Con una estética muy vertiginosa y una presentación que sigue la línea visual de las películas de Quentin Tarantino, la ficción cuenta con un elenco de notables actores de la escena nacional tales como Fernán MIrás, Rodrigo de la Serna, Paola Krum y Gloria Carrá. Son inevitables las comparaciones con Vulnerables, hecha 13 años atrás, ya que se trata de un concepto muy similar. Y está dirigida, nuevamente, por Daniel Barone.

A todas estas ficciones recientes se suma Historias de diván, actualmente en producción y basada en el libro del mismo nombre, escrito por Gabriel Rolón. En esta historia, Jorge Marrale vuelve a interpretar a un psicoanalista que atiende a pacientes interpretados por actores rotativos.

No es casualidad que en un mismo año la televisión cuente con tres ficciones tratando una misma temática. Claramente el psicólogo es un personaje importante al momento de contar una historia, ya que es un integrante más de la vida cotidiana de muchas personas. O quizás la agenda televisiva marque al psicólogo como alguien cotidiano, cuando para muchos no lo es. Nuevamente se plantea el debate, hasta qué límite la televisión refleja la realidad… O al revés.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

Londres 2012: el acontecimiento mediático que detuvo al mundo

Los últimos Juegos Olímpicos hicieron latir al planeta al ritmo de la capital inglesa. En TV se rompieron todos los records de audiencia. Esta vez, el oro se lo llevaron los medios digitales.

La cita Olímpica transcurrió durante poco más de 2 semanas y reunió a más de 10.500 deportistas de 204 países que se enfrentaron en 39 disciplinas. Fue, sin duda alguna, el evento deportivo más importante del año.



Público mundial 

Cuando el relato periodístico de los medios se refiere a un evento de la magnitud de los Juegos Olímpicos estamos frente a un acontecimiento mediático. Un suceso planificado que se transmite en su mayoría en directo y que genera audiencias mundiales. El funeral de Lady Di, el atentado del 11 de Septiembre, el último Superbowl,…todas ellas fueron historias que invadieron la rutina de los medios e interrumpieron la vida cotidiana de los espectadores.

Ante un acontecimiento de estas características, la esfera mediática se ve obligada a trabajar de forma distinta a la habitual para poder cubrir el evento en toda su magnitud. Por su parte, los espectadores pasan de ser simples espectadores a convertirse en un público, como en una sala de un teatro, que simultáneamente, en distintos lugares del mundo, presencia un mismo hecho.

Récords de audiencias 

Tan solo en la ceremonia de apertura, los Juegos Olímpicos de Londres 2012 alcanzaron los 27 millones de espectadores en el Reino Unido a través del canal BBC One. La celebración duró aproximadamente 4 horas y mantuvo un promedio de audiencia de 22,4 millones, doblando los números de inauguraciones de Olimpíadas anteriores.

En Estados Unidos, la cobertura de los juegos por parte de la NBC fue la más vista en la historia con más de 219 millones de espectadores durante los 17 días de competición y registrando un récord promedio de más de 40 millones de espectadores. Esto es casi 6 millones de televidentes más que las Olimpíadas de Beijing en 2008, y 15 millones más que las de Atenas 2004. Además, la NBC aseguró haber superado las expectativas de ventas publicitarias en un 20%.

Números argentinos 

Durante los primeros diez días de competencia de los Juegos Olímpicos, TyC Sports se consagró como el canal con mayor número de televidentes, según IBOPE, con un promedio de 3.13 puntos de rating por día. El canal alcanzó picos de rating durante los siguientes eventos: 9.90 en el partido de tenis que jugó Juan Martín del Potro por el bronce, 9.48 en la ceremonia inaugural, 9.42 en el partido de básquet entre Argentina y Nigeria, y 7.71 en la final de lanzamiento de bala en la cual participó Germán Lauro.

ESPN, la TV pública y DirectTV fueron también importantes retransmisores de estos juegos, pero no alcanzaron los número de TyC Sports. La ceremonia de apertura fue lo más visto del día en el Canal Público alcanzando los 5.7 puntos de rating.

El nivel de audiencia superó la de los juegos de 2008, principalmente debido a que la diferencia horaria con Londres es menor. Si bien el seleccionado de fútbol argentino no estuvo presente en estos juegos (evento que concentró la mayor audiencia en la capital China), fueron decisivos los deportes de equipo como el básquet y el hockey sobre césped femenino, con sus respectivas figuras, “Manu” Ginobili y “Lucha” Aymar. Sumando las diferentes señales que los transmitieron, estas disciplinas alcanzaron los 15 a 23 puntos de rating en hogares, lo que significa cerca de un millón de persona solamente en Capital y Gran Buenos Aires.

Lo más visto 

Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, rompió también records de audiencias. La final de 100 metros alcanzó los 20 millones de espectadores, la mayor audiencia en las pruebas olímpicas de Londres 2012.

Al corredor jamaiquino lo siguió de cerca el tenista británico Andy Murray, que alcanzó una audiencia de más de 10 millones en el partido donde se llevó el oro frente al suizo Roger Federer.

El mundo digital 

Por primera vez en la historia, el seguimiento y cobertura en internet y teléfonos móviles superó a la televisión en más de 100 mil horas. No obstante, la tv logró superarse a sí misma cubriendo 100 mil horas, en lugar de las 61 mil que se habían registrado en los juegos de Pekín 2008.

“Redes sociales, como Twitter por ejemplo, hacen que las personas se interesen más por los juegos y se conecten a la televisión o a otro medios” aseguró Timmo Lumme, encargado del Comité Olímpico Internacional.

Uno de los medios digitales que rompió records de audiencia durante los Juegos Olímpicos fue Terra: más de 62 millones de personas se conectaron a través de la computadora y 16 millones lo hicieron por dispositivos móviles (celulares, smartphones y tabletas), entre el 25 de julio y el 12 de agosto, en 19 países.

"Londres pasará a la historia como las Olimpiadas Digitales y ha marcado un momento decisivo en Terra”, señaló el CEO de Terra, Paulo Castro.

Twitter también fue invadido por la fiebre de los juegos. La red social dio a conocer a través de su blog oficial números impresionante: en total, se registraron más de 150 millones de tweets relativos a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en los 17 días de competencias. La actuación de las Spice Girls en la jornada de clausura generó 116 mil tweets por minuto, logrando el pico más alto de todos los juegos.

Entre los deportistas, Usain Bolt se llevó el “oro” en mayor cantidad de tweets por minuto, con más de 80 mil durante una de sus carreras. Lo siguieron de cerca el nadador norteamericano Michael Phelps, el tenista escocés Andy Murray y los basquetbolistas norteamericanos Kobe Bryant y LeBron James.

Hay cuatro grandes eventos televisivos a nivel mundial: el mundial de fútbol, la entrega de los Oscar, las olimpiadas, y el Estados Unidos el Super Bowl. La novedad de este Londres 2012 no fue sólo la televisión, sino la audiencia en las nuevas plataformas… Los nuevos medios del futuro.

Por Javier Bruggia

La fábrica de ilusiones... o de decepciones


En estos días, el productor Carlos Rottemberg difundió públicamente una carta en la cual hace una reflexión sobre la televisión actual, cómo se siente como espectador y a la vez como ciudadano frente a los mensajes que emite la pantalla chica. En la misma, insta a no promover la violencia y a que los canales usuarios de frecuencias del Estado tomen responsabilidad sobre el tema.

Coincidentemente, también hace pocos días, nos enteramos de una noticia que conmociona Perú. El valor de la verdad es un programa de televisión que se emite actualmente en la televisión local, en el cual un participante se expone a un conductor que le hace preguntas sobre su vida privada. Quien juega debe responder con la verdad 21 preguntas, si lo logra, le permite llevarse una cantidad importante de dinero. Pero previamente, el participante pasa por un detector de mentiras que le hace 50 preguntas, y ésta es la herramienta por la cual posteriormente se sabe la veracidad de sus respuestas al aire. Por supuesto, estas respuestas no sólo las responde frente a la cámara, sino también frente a amigos, familiares y parejas que están también presentes en el estudio.

La primera participante del programa, una chica de 19 años de un origen humilde y de pocos recursos, se sentaba en el mes de julio frente a un conductor que le hizo más o menos las siguientes preguntas: “¿Es verdad que nunca trabajaste en un call center? ¿Es cierto que en realidad trabajabas en un night club y cobrabas por tener sexo? ¿Es verdad que estás con tu pareja hasta que llegue alguien mejor a tu vida?”. Ella respondió afirmativamente frente a su familia presente en el estudio, que la observaba con mucha decepción; y su novio, que se agarraba la cabeza. Posteriormente, ella se arrodilló y le pidió disculpas a su familia frente a la cámara. Todos lloraban. Todo un espectáculo televisivo.

Hace algunas semanas, se conoció la noticia de que esta misma chica estaba desaparecida. Y en los últimos días se supo de una tragedia que sacude a la opinión pública de ese país: La chica fue asesinada y enterrada por su novio. Por supuesto, el debate mediático obligado comenzó a hacer referencia a si la participación de la chica en el show televisivo había tenido que ver con esta desgracia, y en la decisión de él de asesinarla.

Golpear y matar por supuesto que es violencia. Pero insultar, agredir, faltar el respeto, exponer la vida privada de otros; también lo son. Forman parte de un mismo camino que si se recorre llega a finales extremos, tal como sucedió en este caso en Perú.

En la televisión nos acostumbramos a ver y entretenernos con la violencia como parte de la vida cotidiana. Cuando vemos una discusión al aire, cuando una madre dice delante de su hijo que el padre es “una enfermedad”, cuando una mujer llama “prostituta” a otra frente a cámara, tratar problemáticas y enfermedades como si fueran parte de la temática de un circo, exponer videos privados de la vida sexual de otros y que recorra todos los canales; son todas acciones que resaltan lo peor de la condición de las personas. Y hay una línea muy fina que separa al entretenimiento de la miseria humana. Es preocupante que esa miseria se transforme en el entretenimiento diario de millones de personas. Porque el problema no está en lo que se hable o se trate, sino en el mensaje final que se está dando. Es una justificación simplista decir que es “lo que el público elige y hay que respetarlo”. De esa forma se está hablando de la consecuencia y no del problema. Si uno va por la calle y ve una pelea, es muy probable que nos detengamos a saber cómo termina. La audiencia elige, es cierto. Pero la gente también se divertía viendo a leones comiéndose a cristianos en un circo en la época del imperio romano. Era la forma de entretenimiento de la época. Las empresas también deciden qué ofrecer.

La televisión y el cine desde sus inicios vendieron ilusiones y fantasías, y aun lo siguen haciendo. No es casualidad que se los llamaba “La fábrica de ilusiones”. Así lo entendió siempre la Walt Disney Company, que genera contenidos para todos los públicos y edades. Desde familiares hasta películas y shows para públicos más adultos. Sin embargo, a pesar de que puedan tener errores, tienen una conciencia muy clara de los temas que tratan y en el mensaje que dan en sus producciones. Entienden que entretener es sinónimo de hacer soñar. Y la Walt Disney Company es la corporación de entretenimiento más grande del mundo. Ellos eligen qué contenidos le dan a su público, y éste lo sigue eligiendo.

En el caso de la televisión por aire, el simple hecho de que es gratis y está en el “aire” hace que se meta en todos los hogares sin excepción y con alcance nacional. Hace que millones de personas con pocos recursos o en ciudades muy pobres del interior la tengan como único entretenimiento al que pueden acceder. Quizás permite que mucha gente pueda olvidarse de sus problemas diarios viendo una hora de televisión que le permita soñar.

Entretener es un negocio, pero es también un servicio. Promover el mal y la miseria sólo daña la ilusión, la vida de muchas personas, y hasta a una sociedad. Como reza el título de esta nota, cuando se bordean los extremos la conocida “fábrica de ilusiones” puede ser también de generadora de decepciones.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

La Voz Argentina, ¿nuevo formato o más de lo mismo?

El nuevo reality de talentos de Telefé ya es parte de la grilla de programación y se consolida, con alto rating, como uno de los preferidos de la audiencia. 

La Voz Argentina, nueva apuesta de Telefé para este año, basada en el formato The Voice de la NBC, debutó en junio en la pantalla del canal. Con el rating a su favor, parece ser que este producto se posiciona como uno de los preferidos por el público, y el gran ganador de los domingos. Incluso, dándole batalla al programa de Jorge Lanata, del canal de la competencia. 


Sin embargo, La Voz Argentina todavía no nos ha demostrado ser diferente del resto de los realities de talentos que ya conocemos. Con formato de cuatro jurados, celebrities de la canción Latinoamericana, este programa se asimila a su competidor Soñando por Cantar de Canal 13. Y su condición federalista lo hace parecido a su antecesor, Talento Argentino, emitido también por Telefé. 

Y si bien los números acompañan y el programa entretiene con los talentos que se presentan de todo el país, aún no podemos vislumbrar la originalidad del formato adquirido por el canal. Personas que sueñan con llegar a ser artistas o famosos y argumentos poco sólidos utilizados por los jurados para conquistar a los participantes nos remiten a los formatos caza talentos de nuestro país y del resto del mundo. Y nos hace esperar un poco más… 

Incluso la figura de Marley, conductor fetiche de este tipo de programas junto a Mariano Peluffo en Telefé, está un poco desdibujada. Por el momento sólo lo vimos acompañando a los familiares de los participantes; bastante poco para la interacción a la que estamos acostumbrados de él. ¿Será Marley sólo una marca registrada que favorece el programa o nos propondrá algo más? Tendremos que esperar a las próximas emisiones. 

Lo que no podemos negar es que La Voz Argentina es uno de los pocos programas dentro de la televisión de nuestro país que imparte valores. Luchar por los sueños, no darse por vencido, perseverar, son algunos de los conceptos que sobresalen de la performance de los participantes. ¿Suena cursi? Puede ser… pero en una televisión donde prima la agresión y la vulgaridad, que un programa revalorice otros mensajes no es moneda corriente y es meritorio para que se destaque. 


La Voz Argentina sin dudas entretiene. Pero no alcanza, queremos más. ¿Habrá que esperar a la próxima etapa o pasará a ser un programa que nos dé más de lo mismo? 

Por Estefanía Brid 

Una baja en las cifras de Showmatch

Incontables estrategias realizan los productores de Ideas del Sur para elevar el rating del certamen más famoso del país. Showmatch no está transitando su mejor temporada según indican las cifras del Ibope que, últimamente, no llegan a los 25 puntos de rating


Comenzó el año con una apertura que alcanzó los 44 puntos que prometían el mismo éxito del año pasado, sin embargo la esperanza duró poco. Pasada la primera semana, el rating descendió 10 puntos mientras que Telefé aumentaba su puntaje día a día. Durante varias semanas, la pelea por el rating se mantuvo constante rondando los 25 puntos con la competencia a la cabeza. 

Buscando entretener a la audiencia y manteniendo la promesa de evitar el conventillo, las agresiones verbales y los conflictos entre participantes y jurados, Tinelli estrenó 'las fiestas de Charlotte' unido a la maratón en tacos. La maratón consistía en una carrera donde algunos invitados del programa superaban obstáculos con la dificultad de usar tacos. Tinelli, su productor Navarrete, Flavio Mendoza, Aníbal Pachano, Tito Speranza, entre otros, participaron de la atracción. Acto seguido, se inauguró la fiesta de Charlotte Caniggia, la hija del ex jugador de fútbol. Este segmento reunió a todos los participantes del certamen, al jurado y a personajes mediáticos en un momento de diversión, música y noteros atentos a cualquier chimento. Carente de contenido, el programa logró picos de 33 puntos durante dos martes consecutivos. 

La fiesta duró poco y el festejo del rating no pudo ser mantenido. El viernes último, Showmatch promedió 18 puntos con caídas de hasta 16. Ni la novedad de la bio-esfera, ni la ronda de cumbia, ni los hermanos Caniggia fueron suficientes para mantener el puntaje y el primer puesto. Su competencia, una vez más lideró el prime time

La temporada parece decaer y la lucha por el rating no favorece a Canal 13. Los rumores crecen y las especulaciones acerca de posibles escenarios son inminentes: la introducción de Francisco Tinelli, el hijo del conductor al certamen, y la posibilidad de terminar el programa antes de lo pautado, son algunas de los rumores que corren por los pasillos de Ideas del Sur. El panorama es incierto, lo único cierto son las cifras. 

Por Matías Paladino

Susana, 25 años de TV

Susana Giménez cumplió 25 años en la televisión argentina y fue galardonada con dos Martín Fierro, el primero a la mejor conducción femenina y el segundo a la trayectoria. Sin embargo, decidió festejar a su manera y este año Telefé no contará con su programa semanal.

La diva dio a conocer la noticia oficialmente en una entrevista para la revista Caras. Explicó que su decisión se debía a que necesita tiempo para hacer las cosas que más le gustan. ¿Es esa la verdadera razón de su ausencia esta temporada? Admite que el paso de Antonio Gasalla al programa de Tinelli, eterno rival televisivo, fue un golpe duro para ella y Telefé: “Él es un pilar, porque nuestra dupla pegó mucho y a la gente le fascinaba. Sé que hicieron lo posible para retenerlo, todos hablamos con él, pero esto es un negocio y si él sintió eso, por algo es. No le recrimino nada”. “Cuando hay algo que siento, no puedo dejar de hacerlo. Es como mi propia guía interior. Y generalmente, no me equivoco. Por eso tomé la determinación de no volver este año a hacer mi programa”, agregó Susana en su charla con Caras. 

Quizás su cansancio y la falta de preocupación y atención por parte de los productores también la empujaron a tomar esta decisión. "Yo la verdad no tengo ganas de estar en el programa. Desde el año pasado que estoy así, no sé por qué. No me pasa nada. Tengo ganas de vivir, de viajar. Ponerte todo un programa al hombro te agota. Y tener una producción distinta, con nueva gente, también", explicó Susana en Intrusos, conducido por Jorge Rial. 

La realidad es que las últimas ediciones de su programa arrojaron resultados cada vez menos favorables, lo cual lleva a pensar que un descanso para renovar las energías e ideas no viene mal a esta altura. Es la fidelidad del público a través de los años lo que mantiene a Susana en un nivel casi constante de éxito a pesar de las bajas en el rating de los últimos tiempos. Pero por muy fiel que sea un público a lo largo de los años, todas las fórmulas pierden peso… quizás llegó la hora de una renovación en el formato. 

A pesar de la ausencia del programa de Susana en sus 25 años de trayectoria, las puertas de su carrera televisiva aún no están cerradas. En Intrusos aclaró que se trata de una pausa, aunque no de un año sabático, ya que la revista Susana, los viajes y los proyectos con Telefé la mantienen muy ocupada. 

¿Hay ofertas interesantes por parte de Canal 13 que puedan estar llevando a la diva a seguir los pasos de Antonio Gasalla? Según ella, la relación con Gustavo Yankelevich, productor de Telefé e íntimo amigo de la familia, no se ve perjudicada por su ausencia esta temporada. Por el contrario, la decisión de la diva de invertir estos próximos meses en viajes por Europa fue bien aprovechada por ambas partes. “Planteamos hacer especiales porque ya tenía notas muy fuertes cerradas, y esas las vamos a hacer", afirmó Susana en Intrusos

En los especiales para Telefé Susana recorrerá Europa entrevistando a grandes personalidades del fútbol y el espectáculo. A pesar de que aún no se ha dado a conocer qué formato tendrán estas entrevistas, se rumorea que se tratará de una especie de reality show, un viaje con Susana Giménez y su encuentro con las estrellas. Se habla de entrevistas en sus casas a Carlos Tévez, Lionel Messi, el ‘Kun’ Agüero y Maxi López. También hay rumores en torno a posibles encuentros de Susana con artistas como Madonna y Adele. 

La larga trayectoria televisiva de Susana Giménez también ha sido reconocida por CNN International, cadena que eligió a la diva para formar parte de un ciclo que reúne a las mujeres más poderosas del mundo. 

Susana será la única mujer latinoamericana en ser convocada para Leading Women (Mujeres líderes), el ciclo de CNN que refleja la vida y testimonios de aquellas mujeres que son líderes en sus rubros y que logran influir a colegas y seguidores. “CNN International seleccionó a Susana porque ha sido una mujer sumamente exitosa como profesional en su tierra natal, Argentina. En Leading Women buscamos mujeres que estén en la cima de su área de trabajo” explicó la productora Misty Showalter. La cadena de noticias ya realizó una entrevista a Susana en su casa de Miami y tiene programado seguirla en las reuniones de producción de su programa en Buenos Aires y durante su estadía en Europa.

Por Yasmin Reddig

La revelación 2012

Después de años de liderazgo indiscutido, Showmatch comenzó a perder audiencia y fortalecimiento frente a un programa de la competencia sin demasiadas pretensiones: Graduados, la tira producida por Underground se convirtió en un éxito que fue creciendo a través de los meses. 


En esta televisión tan cíclica y volátil, resulta curioso que esta ficción casi no ve la luz. Cabe recordar que la última comedia producida por Underground fue Un año para recordar, emitida por Telefe en 2011, y no fue precisamente un éxito. De hecho, las autoridades de Telefe ordenaron “apagarla” antes de tiempo. Underground entonces se preparaba para hacer una segunda temporada de El tiempo no para, aquella tira para adultos que se emitió por la pantalla de Canal 9 en 2006. Sin embargo, sobre fines del año pasado, y gracias a la asociación con Endemol, la productora encabezada por Sebastián Ortega comenzó a preparar la producción de Graduados para Telefe. Un proyecto sin demasiadas pretenciones ni expectativas debido al mal año que la emisora tuvo. 

Se trataba además de una historia que tenía al frente a tres actores que significaban un riesgo: Nancy Dupláa, Luciano Cáceres y Daniel Hendler. Dupláa venía enfriada en la pantalla después de trabajar en Socias en el 2008, y además con ciertos prejuicios que se tenían sobre ella debido a sus convicciones políticas. Sin embargo, cabe destacar que su elección no es hecha al azar: Dupláa es una ex ídolo juvenil debido a su protagónico en Montaña Rusa en 1994. Cáceres había tenido un año importante gracias a su personaje en El elegido, pero sin ser protagonista. Y Hendler es un actor de cine, querido por muchos productores del medio pero que en televisión nunca había hecho un éxito. Su currículum en la pantalla chica incluía participaciones especiales en ficciones y un semi protagónico en Aquí no hay quien viva, la sitcom que Telefe emitió sin repercusión en 2009. Lo cierto es que ya pasada la mitad de este 2012, todos concuerdan en que Graduados es el programa éxito de la televisión local. 

Hay un cóctel de elementos que hace que esta tira sea un éxito. Para empezar, se trata de la primera comedia no costumbrista en muchos años. Y el público hace tiempo decidió que no quiere ver, al menos por el momento, costumbrismo en las comedias. Alguien que me quiera, la comedia producida por Pol-ka en 2010, fue la última. Y su resultado no fue bueno. Graduados es una comedia simple, que tiene personajes e historias para poder cautivar a todos los públicos. 

Los secretos son elementos claves que hacen a la fórmula de cualquier telenovela exitosa. Secretos que se tienen entre los personajes y que el público no conoce, pero sabe que están. Y luego están los más importantes para mantener a la audiencia expectante, y son aquellos de los cuales el público es cómplice y tiene conocimiento de ellos, pero los personajes no. Estos son los más relevantes porque mantienen al público con la expectativa de cuándo van a ser contados, y en los libretos continuamente se generan situaciones límites para que se descubran. Pero eso, por supuesto, lo dejan para momentos importantes. Graduados tiene esto y apuesta al más exitoso de ellos utilizados en un culebrón clásico: la paternidad confundida. 

Haciendo referencia a la realización y libreto, Graduados tiene un lenguaje muy atractivo que está cuidado hasta el detalle. Pasando por la iluminación, vestuario y hasta en los propios textos, hay un subcódigo para toda una generación; aquella que vivió su juventud a fines de los años 80 y comienzos de los 90. En los diálogos, la forma en que se comportan los personajes, los contínuos flashbacks al pasado, con los cuales el público se siente identificado y despierta cierta “nostalgia”. Pero lo interesante de éste último punto referente a las recurrencias al pasado, es que no se trata sólo de contextos que marcaron a una juventud se esa época, sino a público de todas las edades. Un ejemplo es cuando hicieron la recreación de Feliz Domingo, el programa conducido por Silvio Soldán. Es cierto que quienes participaban del programa eran adolescentes, pero el show era multitarget y visto por una audiencia mucho más amplia que la joven. 

La musicalización no es menor, y esto sí es un guiño más explícito que contribuye al aire que se respira cuando se ve la tira. Todos los temas para generar climas o transiciones hacen referencia a la época. Charly García, Los abuelos de la nada, Sumo y otros; son constantes. 

A diferencia de otras ficciones donde los protagonistas son la clave del éxito, aquí los personajes secundarios cumplen un rol fundamental. Como ya se mencionó antes, son los que amplían el target para que la ficción no sea vista sólo por personas entre 35 y 45 años. El personaje que interpreta Juan Leyrado está claramente puesto para simpatizar a los más adultos. Al igual que los interpretados por Mirtha Busnelli y Roberto Carnaghi, dos personajes muy bien caracterizados en sus costumbres y comportamientos. Gastón Soffritti, el ex galancito de Patito Feo tampoco es casualidad. Su personaje e historia está puesta al servicio de los más chicos y a la simpatía de los más adultos. Soffritti no hace un protagónico desde el éxito de la tira producida por Ideas del Sur en 2007 – 2008, pero su imagen aún está intacta para los más chicos, sobre todo por las repeticiones que Patito feo tuvo a través de las distintas señales de Disney Channel. 

Otro acierto del elenco fue la elección de Paola Barrientos como una psicóloga algo neurótica, y mejor amiga del personaje de Nancy Dupláa. Barrientos viene con una imagen de mucha repercusión debido a las campañas de Banco Galicia, y que tuviera un cuasi protagónico en una ficción era cuestión de tiempo. Su personaje trata una temática que no es menor en estos momentos: quiere tener un hijo a través de fecundación asistida con un personaje homosexual, interpretado por Juan Gil Navarro (de las únicas veces en que un personaje con esta condición es interpretado por un actor de tanto peso en televisión). Este tipo de temáticas que son usadas en momentos de polémica y debate a nivel social, terminan siendo un punto de atracción para la historia. 

La caricatura también está presente a través de temáticas y situaciones, pero su mayor exponente es el personaje de Mex Urtizberea, quien le aporta el mayor elemento de comedia a la historia. Urtizberea hace de un eterno hippie, que aparece disfrazado en la caracterización y que supuestamente vivió su adolescencia en los 80. A diferencia del resto de los actores que casi todos rondan los 40 años, Mex es algo contrario ya que nació en 1960. Esto también es parte de la mentira de su personaje. 

Graduados claramente marca una vuelta atrás en las ficciones en tira, donde se vuelve a la comedia clásica pero en tiempos modernos, y recurre a las fórmulas del culebrón puro. Y es el éxito de la televisión en este 2012. 

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

"Todo es posible", y una TV con valores también

Como en los buenos viejos tiempos, con un mensaje positivo y una fusión de emoción y entretenimiento, Julián Weich retoma la apuesta de conducción los domingos por la noche.

Mientras Tomás Yankelevich define su grilla de programación tras haber vencido a Canal Trece en la carrera por el rating el primer semestre del año, Telefé estrenó el 6 de mayo a las 21 hs, con picos de casi 17 puntos de rating, “Todo es Posible”.


Con Julián Weich en la conducción y Nathalie Pérez como co-conductora, este mix de géneros nos recuerda el éxito de cinco temporadas consecutivas de “Sorpresa y media”, por su conductor, su día y horario de emisión y su afán por cumplir sueños y sorprender a la gente. Asimismo, a “Justo a Tiempo” o a “Trato Hecho”, dos programas de entretenimiento y juegos que también condujo el conductor argentino en los últimos años.

Desde 1991 Julián Weich está latente en la pantalla. Sin importar en qué canal trabaje, mantiene un coherente perfil con la clase de programas en los cuales participa. Aquel conductor que se comprometía allá por el año 1993 con “Un sol para los chicos” de Unicef, casi veinte años después flamea la bandera de los sueños, las sorpresas, y el entretenimiento, combinados en un programa de emisión semanal destinado a toda la familia argentina.

El programa cuenta con cuatro secciones, las dos primeras se asocian al entretenimiento, las dos restantes a la emoción:
  • “3 x 3”. Dos o tres participantes, elegidos al azar, deberán repartir 3000 pesos a su gusto en menos de 3 horas. El dinero se divide equitativamente entre gente de la calle, un vecino y un amigo del participante. Por teléfono, la gente votará al participante que haga un uso más “creativo” del dinero. El elegido gana una cifra de ronda los 10.000 pesos.
  • “Verdad o verdura”. El juego incluye a los 50 participantes presentes en el piso. Las respuestas correctas sumarán dinero en el pozo. Tras una primera ronda, quedarán elegidos los 8 participantes que más respuestas correctas hayan tenido. De allí eligen a 2, que competirán por conquistar el pozo final.
  • “El mejor día” consiste en homenajear a un “ciudadano ilustre” o a un vecino reconocido por sus pares, su familia/amigos, sus vecinos, y hacerle pasar “el mejor día de su vida”. Normalmente el programa finaliza con la culminación de ese día y el encuentro del homenajeado con sus afectos.
  • “Cadena de favores”. Una persona que en algún momento de su vida fue receptora de algún favor, por ej. la donación de órgano, contacta a aquella persona que le hizo el favor para agradecerle. De algún modo, para “devolver el favor recibido”, realiza una buena acción para otro y/o la sociedad.
Detrás de este programa semanal existe un fuerte trabajo de pre producción: viajes, variedad de locaciones, exteriores, scouting de participantes, tiempo y dinero invertido.

No obstante, en la televisión, los tiempos del aire no son los mismos del cable. Si bien la edición de los clips y las notas es impecable, las cuatro secciones no están bien definidas en la práctica y la estructura del programa es desordenada y poco clara para el televidente.

De hecho, el programa no tiene una línea limitada. En las primeras ediciones, las secciones emotivas ocupaban la mayor parte del programa, mientras que en la actualidad prevalecen las de entretenimiento.

De todos modos, al margen de las críticas al programa y del manifiesto desinterés que tiene Weich por las mediciones y la popularidad, “Todo es Posible” entretiene y refleja historias de vida positivas. Y, aunque el formato sea reiterativo y por momentos confuso, la televisión necesita más de esto: solidaridad y diversión. Sólo resta un pequeño ajuste de tuercas.

Por Gabriela  Fabbro

Dallas: la vuelta del ícono


La serie Dallas no fue un programa televisivo más. Fue una ficción que marcó un antes y un después dentro de su género, e incluso en la propia historia de la televisión. Fue el punto de partida para que guionistas y productores probaran nuevas formas de mostrar a los personajes en las series, de exhibir a los conflictos en los lazos familiares como los verdaderos obstáculos que muchas veces tienen las personas. Y por sobre todo, el hecho de que los personajes malos pueden ser más populares que los buenos.

Dallas fue producto y contexto también de su época. Su creador David Jacobs tomó la idea de producir una serie dramática donde los conflictos de los personajes sean dentro de una familia de millonarios. Por aquellos años Estados Unidos atravesaba una situación económica y social complicada. La consecuencias de la guerra de Vietnam, el desempleo y una recesión económica que se profundizaba, fueron el escenario perfecto para que se planteara una serie sobre los ricos y poderosos “matándose” entre ellos. En un principio la historia iba a tener como escenario a la ciudad de Nueva York y el universo financiero de Wall Street, pero posteriormente sus productores decidieron que esta ciudad ya estaba muy usada en ficción y decidieron trasladar la historia a la ciudad de Dallas, en Texas, teniendo como contexto el negocio del petróleo.

El personaje de J.R. Ewing fue “el malo” por excelencia de la televisión. Es sabido que los malos son los que generan los conflictos y obstáculos para que los protagonistas no puedan alcanzar lo que desean. Y aquí, el personaje interpretado por Larry Hagman, encerraba los anti valores más resaltantes que pueden existir en la sociedad: La ambición sin límites, la envidia, el egoísmo y la soberbia. Un “malo” así es la “manzana podrida” en el cajón. Y mientras exista, los conflictos van a ser moneda cotidiana. Es por ello que los productores y guionistas se fijaron un objetivo durante los trece años que duró la serie: se pueden cambiar los elencos, personajes, libretos… Pero el personaje de J.R. Ewing, y su actor Larry Hagman, tienen que estar siempre. Es el eje de todos los conflictos, y por ende de la atracción e interés de la audiencia.

A mitad de los años 80 algunos críticos se pusieron a analizar el éxito rotundo de Dallas, y sobretodo de la popularidad de J.R Ewing. En las encuestas siempre salía como el personaje más odiado, pero a la vez más querido de la historia. Y un dato interesante era que la sociedad veía al personaje como una metáfora de los problemas sociales del momento, que habían llevado al país a la crisis financiera y social en la que se encontraba. Con este dato, quizás no es casualidad más alla de muchos otros factores, que el rating de la serie haya comenzado a bajar a medida que el país fue recuperándose bajo las políticas del entonces presidente Ronald Reagan.

La serie duró 356 episodios a lo largo desde 1978 hasta 1991, y su caso es tomado como ejemplo y estudiado en escuelas y universidades donde se dictan clases de guión televisivo. Su influencia marcó un punto de partida no sólo para las series, sino para el género melodramático de la telenovela.

Si bien hace muchos años se maneja la posibilidad de una nueva temporada de la serie, nunca se dieron las condiciones para que eso suceda… hasta ahora. El canal TNT acaba de producir una nueva versión que no se trata de una remake, sino de una continuación. Para ello tuvieron que convencer a algunos de los veteranos actores de la serie original para que participaran, entre ellos a Larry Hagman, que hoy ya cuenta con 81 años. Sin embargo aceptaron la propuesta y se embarcaron en esta continuación de la historia, en la cual persisten los conflictos entre los viejos, y aparecen nuevos problemas entre los hijos de aquellos. Y sin dudas es un acierto la elección del mismo elenco para interpretar los personajes clásicos. La memoria del público asocia una cara a un actor, y era imposible ver a J.R. Ewing en otro actor que no fuese Larry Hagman. La estrategia es cautivar al público que la vio, y conquistar una audiencia nueva con los personajes jóvenes-

El primer episodio, que es parte de un total de diez en esta primera etapa, conservó la esencia de la serie pero, por supuesto, adaptada al lenguaje televisivo actual. Frente a remakes fallidas como Los Ángeles de Charlie o 90210, Dallas es una continuación que mantiene lo mejor de lo viejo, y plantea un buen futuro con lo nuevo. Y para la sociedad norteamericana surge en un contexto similar a la original en 1978: posguerra, crisis económica y alto desempleo. Quizás esto tampoco es casualidad.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

Weeds y Breaking Bad: ¿el medio justifica el fin?


Familia de clase media, drogas, muerte, crimen, huida…. Todas estas son palabras que podrían pertenecer tanto a una descripción de Weeds como de Breaking Bad. En ambos casos se trata de series norteamericanas que este año llegan a su fin luego de varios años de éxito.

¿Qué es lo que realmente une a estas producciones? En palabras simples, la lucha desesperada de una persona por sacar adelante a una familia, sin importarle la violación de los códigos morales de la sociedad en la que vive. Los protagonistas de ambas series provocan una relación de simpatía por parte del público que luego parece cada vez menos justificada, ¿pero es necesario que siempre estemos del lado de los buenos? ¿Qué tal si, en contra de lo común, esta vez estamos del lado del antihéroe? Por este camino nos han llevado ya varias producciones de los últimos años como Dr. House o The Sopranos, por citar sólo dos de los ejemplo más paradigmáticos.

Weeds, creada por Jenji Kohan, debutó en los EE.UU en agosto de 2005. El género que mejor describe a esta serie es el de la comedia dramática, y es que las situaciones en las que ve involucrada una madre de familia de la alta clase media para mantener las apariencias rayan en lo absurdo.  Nancy Botwin debe velar por sus hijos – de 10 y 15 años – en la situación de quiebra en que queda luego de la muerte de su esposo. Nancy ve la salida a sus problemas en la venta de marihuana.

Walter White, personaje principal de Breaking Bad, es profesor de química en una secundaria a pesar de estar sobre calificado para el puesto. Esta serie, creada y producida por Vince Gilligan, tiene un tono más dramático, aunque muchas veces lo tragicómico de las escenas nos hagan reír al igual que en Weeds.

Diagnosticado con cáncer terminal, Walter se ve obligado a encontrar una forma de dejarle el dinero necesario a su esposa – embarazada de 6 meses – para que a ella y su hijo discapacitado de 17 no les falte nada. Walter encuentra la solución en la venta de metanfetamina.

Aquí es donde nos encontramos con un conflicto moral, porque vivimos en una sociedad en la que tanto la venta de marihuana como la de metanfetamina son estrictamente ilegales y más que eso, están relacionadas con redes de altísimos índices de criminalidad. ¿Hasta dónde puede llegar nuestra simpatía por los personajes de Nancy y Walter que ven en estos negocios la única forma de salvar a sus familias?

A medida que se suceden los capítulos, en ambas series se vuelve cada vez más difícil la justificación de los actos de los protagonistas que ya muchas veces no persiguen únicamente la supervivencia sino que son teñidos de ambiciones que los hacen cada vez más inescrupulosos. Sin embargo, y esto es lo que lleva al televidente a seguir cada capítulo, las acciones de Nancy y Walter tienen su consecuencias y la superación de cada obstáculo es lo que hace de estas series productos que no pierden el hilo del suspenso.

Gilligan ha hablado de las dificultades que presenta el personaje de Walter White para él a la hora de escribir por su carácter tan oscuro y moralmente cuestionable: “extrañaré el programa cuando termine, pero de algún modo también será un alivio no tener más a Walt en mi cabeza”.

Tanto Weeds como Breaking Bad son ejemplos de un producto televisivo que además de entretenernos nos lleva a una reflexión profunda. En una entrevista realizada por la revista Newsweek, Vince Gilligan expresó la que según él es la diferencia primordial entre ambos programas: “Weeds es un programa más jocoso acerca de las trampas de los suburbios, a diferencia de nuestra serie que es más un estudio de personaje acerca de este hombre que va dejando de lado su propia alma”.

Ambas series presentan, aunque de formas muy distintas, un mismo conflicto: el protagonismo del antihéroe que con una moral propia, distinta a la de la mayoría de la sociedad, persigue un fin bondadoso… Y aquí la pregunta que surge inevitablemente es ¿hasta qué punto el fin justifica al medio?

Por Yasmin Reddig

La Dueña: un dilema entre dos personajes


Mirtha Legrand es la dueña de muchas cosas: de un lugar de privilegio en el mundo de los medios de comunicación de Argentina, de muchas películas memorables de nuestro cine nacional, de un espacio único de vigencia en la televisión abierta argentina y dueña de sus propios deseos, donde elije qué hace y qué deja de hacer.

Una trayectoria de más de casi 70 años lleva a que su protagonista ejerza el derecho de mirarse a sí misma todo el tiempo. Es el proceso lógico que vive todo artista, el de volver sobre su pasado y trayectoria y convertirse en autorreferencial. Y esto es en realidad La dueña: el lugar, desde la ficción, en donde ML puede volverse a presentar en escena, a mirarse en cámara y a ponerse en contacto con su público. Casi nos animamos a decir, que la ficción elegida es un pretexto para que este proceso se ponga en marcha. Es más, cualquier ficción hubiera sido el terreno propicio para que esto sucediera. ¿La dueña es entonces una excusa? Sí, para que ML siga siendo y haciendo de ML. Esta libertad se la dio la historia que construyó y de la que no puede disociarse; porque ella ya es su personaje y lo representa en cada acción que realiza, tanto en su vida privada como profesional. ML es ELLA en un noticiero, a la salida de un teatro, en un almuerzo o en una ficción. Es decir, el nuevo programa está subordinado a ML y esto hace que algunas características propias del género elegido, se desvanezcan o no tengan el peso que una ficción, en el canal que se emite, requiere.

Es el gran desafío de los productores: ¿Se va a dar a conocer el personaje de Sofía Ponte o a Mirtha Legrand como Sofía Ponte? Y la respuesta es sólo una: ella es las dos en una. Y por momentos, según cada toma o cada escena, una gana a la otra, aunque por lo general, debemos reconocerlo, ML gana a Sofía Ponte.

¿Y cómo se acerca el público al programa? Sin dudas, a ver a la segunda, a ML, a la que conoce, con la que se identifica, de la que sabe cómo va a reaccionar a cada instante. Por ello, la ficción no emociona ni logra empatía, lo que queremos es que ML sea ella, sea ML, y no Sofía Ponte y desde este dilema, la audiencia debe realizar un esfuerzo enorme por sostener su fidelidad al programa. A ML se le cree por ser ella misma, no por ser ML interpretando a otra persona. Ella no puede desligarse de su personaje y construir uno autónomo. ¿Se podrá? ¿Un productor lograría esto? ¿O el peso del personaje principal ya conocido es tal que opaca cualquier intento de originalidad?

La propia actriz ha dicho:

"Resulta muy difícil alejarse de lo que uno fue durante tanto tiempo. Desprenderse de los gestos, de las expresiones, de las actitudes y hasta de las manías que uno tiene no es fácil. Por eso, a veces dejo que se cuelen algunas cosas que son de mi cosecha. Eso sí, con la anuencia del autor y del director". (En: http://www.lanacion.com.ar/1465015-mirtha-legrand-duena-senora-y-diva, consulta 22 de junio de 2012).

Frase tan cierta e irrefutable a la vez: no se puede dejar de ser Mirtha Legrand, ni en la vida real ni en una ficción. 

Por Gabriela Fabbro

Un festejo poco feliz para Ideas del Sur

A pocos días de cumplirse dos semanas, Ideal del Sur está de fiesta. El nuevo ciclo de Showmatch desplegó sus alas y promete una temporada que revolucionará la audiencia. 

 
La expectativa empezó el año pasado con el comienzo del nuevo ciclo de ‘Soñando por Bailar 2’, bajo la conducción de Santiago del Moro, el reality que premiaba a un soñador con la esperanza de llegar a participar en el programa de Marcelo Tinelli. Con un promedio que medió entre los 13 y los 15 puntos por fin de semana, el certamen no fue de lo más visto de la temporada de verano. Como consecuencia, el monopolio autopoiético de Tinelli siguió evolucionando con ‘Este es el show’, ‘La cocina del show’, el inicio de ‘Soñando por cantar’ y ‘Sábado Show’. La disputa entre los jurados por el camarín más grande, los rumores por el ingreso de un sexto jurado, el divorcio público de Carmen Barbieri y Santiago Bal, la aparición de la figura de Ayelen Paleo y las especulaciones acerca de los participantes convocados generaban intriga en los espectadores.

Finalmente, luego de diversos cambios de fecha, el pasado lunes 11 de junio, empezó ‘Bailando por un Sueño 2012’, bajo la conducción de Marcelo Tinelli, un jurado conformado por Moria Casán, Carmen Barbieri, Anibal Pachano, Flavio Mendoza, Marcelo Polino y la incorporación de Antonio Gasalla. La ‘revolución’ tan publicitada por Canal 13 dejó mucho que desear. Un gran despliegue de producción, un elenco de bailarines, acróbatas, contorsionistas, streedancers, la aparición de Piquín y un majestuoso show de tablets, fallaron en contar una historia. El problema radicó en que el público esperaba sorprenderse y quedarse atónito frente a la producción número uno del país, un juego de luces, efectos especiales y movimientos poco sincronizados no fueron suficientes para abastecer a una audiencia cada vez más exigente.

La vedette de la noche fue Florencia Peña, quien controversialmente decidió no solo participar de la competencia sino también ser la inauguradora de la pista de baile. El sketch fue otro de los fracasos de la apertura, varios minutos de aire desperdiciados en una secuencia con poca acción entre Peña, Tinelli y la aparición de Rial. El guionista no supo aprovechar la espontaneidad de la comediante, sin embargo, ella logró lucirse mostrando lo que la comedia musical le enseñó.

La gran sorpresa se vivió el lunes 16 de julio. La noche empezó con Paula Chavez y Peter Alfonso, la pareja más premiada del verano por su éxito ‘Despedida de soltero’ en Carloz Paz, bailando disco con una coreografía de Vanesa García Millán. No consiguieron la aprobación del jurado pero sus fans los aclamaron igual. Con una larga previa llena de humor, sonrisas, pedidos de matrimonio y mucho carisma, los participantes se retiraron con una sonrisa dibujada en la cara.

El ánimo cambió inmediatamente con el anuncio de la pareja siguiente. Tinelli invitó al escenario a Ayelén Barreiro, una joven de 21 años con síndrome de Down que bailó acompaña de Franco Cadelago. Sus compañeros de la escuela no tardaron en emocionarse y vociferar al unísono que ‘sí, se puede’, acompañada de familiares y un estudio entero unido por la causa, el momento fue emocionante. Ayelén presentó a su novio Facundo, quien confesó que le gusta el reggeaton y la cumbia, que está enamorado de Ayelén y sin ninguna timidez, le pidió al jurado que le regale un diez a su novia. El baile fue conmovedor, la joven gimnasta se desenvolvió de una manera natural y con una facilidad rítmica fuera de lo común. El momento más emotivo de la noche fue la carta que leyó, donde, entre muchas cosas, pidió ser tratada con igualdad, sin prejuicios, afirmó no ser un ángel ni un ser distinto a los demás y agradeció todo lo que pudo. No solo los jurados se emocionaron, los camarógrafos, los sonidistas, el público y todas las personas dentro del estudio, estaban conmovidos por la situación y aplaudían al coro de ‘sí, se puede’.

Instantáneamente siguió el mismo lema pero vociferado por un grupo distinto, los participantes de ‘Cuestión de Peso’. Jenny Owczarczyn, ex participante del reality conducido por Claribel Medina, con 80 kg menos, entraba a la pista de la mano de Agustín Morgante. Acompañada de gritos de halago y aliento, Jenny emocionó al público contando su historia. Habiendo sufrido por su enfermedad, la obesidad, y habiendo atravesado dificultades debido a su peso y las restricciones sociales que sufrió, la participante se mostró agradecida de estar ahí.Los participantes de ‘Cuestion de Peso’ fueron los encargados de festejar el momento y el triunfo personal de Jenny, demostrando que ellos también pueden.

Sin embargo, el panorama no fue positivo para las primeras dos semanas. El rating inicial, con picos de 44 puntos, bajo más de 10 puntos para el final de la segunda semana. Parece ser que Tinelli deberá doblar la apuesta, el público cansado de consumir el mismo producto, comienza a exigir más. ¿Será que sin peleas ni conflictos, el programa carece de consistencia? o, el contenido repetitivo ¿debería ser modificado por un ingrediente intregrador que vuelva a atraer al público?

Por Matías Paladino

Un canal con estilo definido

El éxito en la televisión es algo difícil de lograr. Quienes trabajan en ella comparten la opinión de que está más llena de fracasos que de éxitos. Hay muchos factores que deben alinearse perfectamente para que un programa sea exitoso; y cuando se habla de un canal, son aún más. El estilo es un valor clave, que se construye a través de una estrategia de programación coherente, y que la misma tenga química e identidad con el público. La audiencia se identifica con una emisora, porque después de todo se trata de una marca.

Frente al pobre desempeño en números de audiencia en el pasado 2011, y sin suerte al intentar competir con Canal 13, Telefe se planteó un objetivo claro para este 2012: competir con una programación enfocada a la familia, con contenidos para todos los miembros pero “blancos”, y sin estar mirando continuamente a la competencia. Esa forma de pensar es la que tuvo Gustavo Yankelevich cuando fundó la emisora en 1990, y que condujo a que la empresa tuviese una identidad clara y definida.  Hoy su hijo Tomás sigue los pasos de su padre.


Con la excepción de El hombre de tu vida y Minuto para ganar, el 2011 fue un ciclo lleno de programas fallidos para Telefe. Sobre el cierre del pasado año, se hizo un último intento estrenando una nueva versión de Gran Hermano, la cual tampoco logró la repercusión esperada. Pero a comienzos de este año se puso en marcha la meta planteada, y rindió sus frutos.

Comenzó reestructurando  la tarde con un ciclo de películas dirigidas a la mujer. Historias de amor y problemáticas sociales, presentadas y comentadas de manera acogedora por la actriz Virginia Lago. Hace mucho tiempo que existe un mito en la televisión sobre que el cine en la tarde no funciona. Sin embargo, con este programa tan simple logra ganar a Canal 13 a programas exitosos como Este es el show. Este éxito se fortaleció en horarios más centrales a través de la reposición de Floricienta, Simuladores, Casados con hijos, y una versión en tira de Minuto para ganar.

Otro concepto que se utilizó fue el de entretenimiento simple  y eficaz. No hace falta generar conflicto, mostrar sexo o escenas violentas para tener éxito. Dulce amor era una apuesta que el canal tenía reservada para los mediodías. Pero frente al fracaso de Gran Hermano el canal decidió hacer una apuesta y colocar el culebrón producido por Enrique Estevanez a las 22.30 hs. El resultado comenzó siendo no muy bueno, pero con el correr de las semanas la tira se afianzó y se transformó en un éxito. Posteriormente apareció Graduados, una comedia clásica al mejor "estilo Telefe", y orientada a un público joven – adulto que tiene poco que ver con las ficciones generadas por Canal 13. Esta tira producida por Underground y Endemol  fortaleció el horario central de la emisora, y consiguió hacer que el canal se consagre como líder de audiencia.

La estrategia siguió. Dos tiras exitosas pueden ir una detrás de la otra, o con un programa en el medio haciendo el conocido “sándwich”. Es así que Telefe corrió Dulce amor para las 23.15, y entre ella y Graduados colocó La Dueña, La Tribu, El Donante, y la segunda temporada de El hombre de tu vida. Todos con una repercusión más que aceptable.

A ello se le suman los programas con contenido social, donde se buscan resaltar ciertos valores como el nuevo programa de entretenimientos Todo es posible. Un programa donde se busca cumplir sueños y donde también hay juegos. Uno de los segmentos más importantes es “El mejor día de tu vida”, en el cual familiares y amigos hacen un homenaje a una persona común… Por el sólo hecho de ser una muy buena persona. Y se resaltan todas las buenas acciones que el mismo realizó a lo largo de toda su vida. En la televisión no estamos acostumbrados a este tipo de homenajes, y tampoco en nuestro país.

El estilo de un canal es fundamental para que tenga éxito. Hoy la programación de Telefe lo tiene definido y pareciera que todas las piezas encastran donde deben ir. Y eso se refleja en la audiencia. Telefe cerró el 2011 en segundo lugar con un promedio de audiencia casí 4 puntos inferior al de canal 13, y a fines de enero de este 2012 ya estaba posicionado en primer lugar, puesto que mantiene hasta el momento.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

El periodismo de domingo está de vuelta


Desde hace muchos años los domingos en la noche son franjas horarias ocupadas por programas periodísticos. En los últimos años esto fue cambiando ya que se fueron incorporando programas de entretenimientos y ficciones, pero nuevamente este año Canal 13 retoma la tradición con Periodismo para Todos, conducido por Jorge Lanata.


Canal 13 tiene experiencia en esto. En la década de 1990 Tato Bores ocupaba la noche del 13 con un periodístico que mezclaba política con humor. En aquellos programas eran parte del show los monólogos del conductor sobre la actualidad argentina, los cuadros musicales, las entrevistas a políticos y celebridades mientras comían tallarines, y el humor inteligente utilizado como forma de crítica. Pero desde el fallecimiento de Tato en 1996 no se volvió a ver un referente así.

Periodismo para todos, con una estructura más pequeña, intenta volver y conquistar a parte de ese público que hace 20 años se divertía con Tato. Jorge Lanata, conocido por su estilo muy personal y un humor también inteligente, abre el programa con un monólogo sobre la actualidad argentina. A diferencia de Tato, éste se centra casi exclusivamente en el ámbito político. La ironía y el sarcasmo están presentes continuamente en la hora que dura el programa. A ello se suman algunos actores que hacen imitaciones de los políticos, al mejor estilo de las que hacía Marcelo Tinelli en su famoso “Gran Cuñado”.

Comparar a Tato Bores con Jorge Lanata podría resultar ridículo ya que ambos provienen de ámbitos notablemente diferentes. Pero en estilos quizás tienen caminos que, si hubieran sido pares en su época, se habrían encontrado. Tato era un actor, humorista, que luego fue siendo también periodista. Tato Bores no era sólo un presentador televisivo. En su época entrevistó a muchas de las personalidades más importantes de la política; e hizo preguntas y críticas que quizás otros periodistas no hacían en su época. Jorge Lanata es un periodista “de raza”, que primero estuvo en gráfica y posteriormente en televisión. Pero no se puede negar que Lanata es también un actor, es un personaje. Y lo que muestra desde hace muchos años es un show de su persona, sin negar el contenido periodístico que contiene el mismo.

Pero no todo es igual, y los tiempos cambiaron. Tato Bores tenía en su sillón un entrevistado, que muchas veces era un político importante del momento. Carlos Menem, Domingo Cavallo, entre otros, fueron algunos de los que se sometieron a la ironía y crítica inteligente de Tato. Quizás también se trataba de una época en la cual la política estaba muy mediatizada, y ellos mismos eran parte de la famosa “farándula”. En Periodismo Para Todos se sustituyen las entrevistas por informes e investigaciones hechas por Lanata sobre los distintos temas por los cuales es criticado el gobierno actual.

El público respondió a Periodismo para todos, promediando entre 17 y 20 puntos en cada emisión. Y Canal 13 quizás volvió a la esencia de los domingos en la noche que supo brillar durante los primeros años 90. El show del periodismo político. Hace unos 20 años estaba  el actor que hizo el rol de periodista, y actualmente con el periodista que se convirtió en actor.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej






Adiós Dr. House, bienvenido Dr. Blues


Ya pasaron ocho años desde que David Shore creó Dr.House. Ocho temporadas desde que por primera vez vimos un capítulo en el que se nos mostraba al excéntrico Gregory House, director del Departamento de Diagnóstico y encargado de curar las enfermedades más anormales en un hospital ficticio de Nueva Jersey.


Poco a poco el público repartido en 66 países se fue encariñando con este personaje extraño, solitario, miserable y ególatra interpretado por el inglés Hugh Laurie.

La serie genera una relación de amor y odio frente a un personaje que cura miles de vidas sin parecer que le importara más que su propio ego y su capacidad de resolver acertijos. Y es que además de salvar vidas, la serie tiene un tinte detectivesco que hace ver en Gregory House un parecido con Sherlock Holmes, y en realidad cualquier detective salido de un policial negro.

Esta serie, catalogada como una de las más vistas en todos los tiempos, llega a su fin después de ocho exitosas temporadas. La decisión fue comunicada por los productores y por el mismo protagonista de Dr. House – Hugh Laurie – el 8 de febrero de 2012.

El título del último capítulo, llamado “Todos mueren” generó la intriga de los seguidores de Dr. House antes de que se transmitiera el pasado 21 de mayo. En el último capítulo quedaban varias cosas por resolver, y la posibilidad de que todo se solucionara con las muertes de los personajes no parecía adecuada. El diagnóstico de cáncer fulminante de Wilson, su mejor y único amigo, y la noticia de que debería volver a la cárcel por haber dañado seriamente el hospital con una de sus “bromas”, fueron los hechos más importantes que en el último capítulo debían solucionarse.

El final de Dr. House llegó. Sin embargo, a diferencia de otros casos en los que lentamente los personajes de las series más trascendentes quedan en el pasado, al parecer seguiremos escuchando el nombre de Hugh Laurie por mucho más tiempo. Como en la ficción, el actor es melómano en la vida real. Su amor por la música hizo de su personaje un ser más humano y en lo personal le permitió unir sus dos pasiones: la actuación y la música.

La buena noticia para los que lo van a extrañar es que también es virtuoso en la música. Su disco debut titulado “Let them talk” obtuvo una enorme aceptación del público, con más de 300 millones de visitas en YouTube y 1.500.000 discos vendidos. Sin embargo, Hugh Laurie no pudo desatarse de la imagen de su personaje y es conocido como Dr. Blues en el mundo de la música.


Hugh Laurie se presentará el próximo 8 de junio en el estadio Luna Park, seguido de una función en el Teatro Metropolitano de Rosario y por último una visita a Chile que concluirá su gira.

Por Yasmin Reddig